Medios digitales en las aulas
Entrada 8: Los medios digitales en las aulas
Nestor Alonso |
Al empezar esta
entrada (la de las TIC en educación), y tras todo lo hablado anteriormente en
el blog, decidí buscar información sobre la divergencia de opiniones que
suscita el tema en las aulas. Encontré un artículo de André Tricot (profesor de
psicología cognitiva y director del laboratorio Trabajo y cognición del CNRS de
la universidad de Toulouse), que precisamente presentaba una disyuntiva sobre
la conciencia e implementación de las nuevas tecnologías en las aulas. Aquí os
invito a que leáis el artículo citado al inicio de la entrada, para proseguir con el comentario.
Y os cito textual,
la síntesis en siete líneas de la publicación:
“Más allá de las esperanzas iniciales puestas
en los medios digitales, su utilización en las escuelas promueve exigencias
novedosas para el cerebro de los alumnos.
Las tabletas y los
ordenadores suponen una sobrecarga para la atención del escolar, a quien le
resulta difícil distinguir las informaciones relevantes de las complementarias.
Los estudiantes
deberán ser más autónomos y competentes para aprovechar las prestaciones que
ofrecen las nuevas tecnologías. Paradójicamente, para ello se requerirá una
enseñanza más activa y participativa.”
Nos dice, además, que las nuevas tecnologías atraen mayor motivación,
pero no mejores resultados, que comportan una mejor adaptación para el alumnado
en relación con la evaluación y la regulación de los aprendizajes, pero supone un
mayor desafío el aprendizaje digital, que es fundamental guiar los pasos del
estudiante y concluye con lo siguiente:
“Asimismo, los
creadores de soportes digitales, bien sean autores de manuales escolares,
enseñantes o diseñadores multimedia, deben contar con una mejor formación.
Crear una imagen animada eficaz desde el punto de vista pedagógico no resulta
tarea sencilla. En este sentido, los medios digitales no suponen una garantía
de un menor esfuerzo; por el contrario, comportan mayores exigencias. Pensar
que todo resultará más fácil sería un error garrafal. Las nuevas tecnologías
nos permitirán llegar más lejos, pero con la condición de que sepamos superar
los grandes desafíos que suponen. Ignorarlo nos puede costar caro.”
La publicación nos quiere “avisar” de la implantación de un
proceso desigual y falto de preparación, el de la implementación de las TIC en
las aulas. Banalizando lo que ello conlleva, haciendo humo de una promulgación
que mucho dista de la realidad. Nuestros centros y nuestras aulas no se
encuentran (como nuestro gobierno proyecta) preparados, y los planes que llevan
a cabo son insuficientes para desarrollar las competencias curriculares.
Al leer todo
esto, solo podía pensar en que todos los profesores, sociólogos, científicos,
pedagogos, que hemos trabajado en este blog, pertenecen a lugares
(geográficamente hablando) muy dispares, incluso a épocas diferentes (y como he
señalado en sus profesiones), a ámbitos del conocimiento muy diversos, y, sin
embargo, parece atarles un hilo invisible que apunta hacia un nexo común, la
mejora educativa integral.
Lo que nos
quieren decir, Castels, Paper, Prensky, Bloom y Tricot, es que el cambio es
inexorable y se encuentra en nuestro contexto, pero la preparación actual es
insuficiente para dar las respuestas adecuadas. El cisma ha llegado y no
podemos ignorarlo. Si buscamos formar a individuos competentes y autónomos en
la sociedad del siglo XXI, tenemos que pasar por formarnos y reciclarnos
constantemente los que actuaremos de catalizadores para su aprendizaje. La
información se encuentra a nuestro alcance, las herramientas también, y el
cambio social y educativo vendrá dado por nosotros mismos, por los docentes
preparados que busquen alcanzar los objetivos de un desarrollo integral en sus
alumnos.
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